Cada vez que el gobierno anuncia cambio de normativas o, incluso, nuevas leyes, todos los que nos dedicamos profesionalmente al sector nos echamos las manos a la cabeza. Primero por desconocimiento del contenido y, segundo, porque vista su evolución nos imaginamos medidas drásticas. De hecho y ya os lo comenté números atrás, se creó una asociación nacional de constructores custom quién, ojo avizor, ha estado pendiente y al corriente de cada palabra del nuevo manual que iba viendo la luz. Ciertamente debemos de agradecer que profesionales sin ánimo de lucro pero sí de interés inviertan horas de su tiempo en proteger algo que nos afecta a todos. Voy al grano, tras conversaciones con ingenieros y echar un vistazo al borrador del manual que facilita el ministerio de ciencia y tecnología, ni nos van a prohibir personalizar nuetras motos ni es el fin del mundo. Tocan temas que afectan a la seguridad que, por cierto me parece muy bien, aunque se ha ampliado la lista de modificaciones que hay que legalizar e, incluso, algunas que antes no tenían importancia ahora la tienen. Y todo esto está muy bien si no fuera porque, y cómo no podía ser de otra manera, habrá que pasar por caja en cada operación. Y entonces la pregunta es la misma que haría yo cuando se plantea el tema del exceso de velocidad y es? ¿Hablamos de seguridad o es una cuestión económica? Dejo la pregunta en el aire recordando que si, sea por un motivo o por otro, ayuda a que haya menos accidentes siempre es positivo, verdad? Pido también desde aquí a los inspectores de I.T.V?s de todo el país que lean bien el manual antes de aplicarlo? Ahora sí os dejo seguros y fieles al custom con el contenido de este mes de Custom Machines. ¡Hasta el mes que viene!
Álvaro Cabezas